PARTIDAS DEL SABADO

CAPITULO I
El inicio

Era una mañana fría del mes de diciembre, como suelen ser en el DF. Un sujeto se acaba de levantar después de una larga noche, lo primero que hizo fue tomar un cigarrillo, pensando para sus adentros - es solo un trabajo mas, total a donde va nadie lo buscara.
Era uno de los mejores asesinos del lugar, su objetivo silenciar a un sujeto que había molestado al jefe, en fin el negocio del narcotráfico es una labor dura que alguien tiene que realizar, después de vestirse y terminarse la cajetilla de cigarros que tenia destapada, decidió empezar; el objetivo muy sencillo, un simple vendedor del narcomenudeo, no había muchas opciones, solo llegar, disparar y desaparecer, corrían ya las ocho de la mañana tenia que apresurarse si quería terminar rápido con el trabajo, tomo las llaves de su auto, prendió otro cigarrillo y se dispuso a enfrentar el interminable trafico de la gran metrópolis.

Después de unos agobiantes 45 minutos llego al centro histórico; lo típico las mujeres al volante, los tarados que iban tarde al trabajo, las siempre escasas manifestaciones de algún partido político, lo llevaban molesto, sin embargo al fin había llegado, el colmo de males fue bajarse del auto y encontrar dos eventos muy molestos en el zócalo capitalino, por un lado el grupo de accionistas de Green Peace exigiendo la protección a la selva Lacandona, por el otro lado la familia Mistral promovía el deporte con una demostración de artes marciales, esto obstaculizaba mas el trabajo del sujeto, después de una larga caminata y de soportar los gritos de la gente al fin pudo llegar a divisar al objetivo.

El sujeto no era nada excepcional si alcazo unos 1.70mts de altura, claramente se notaba que hoy no había sido un buen día, tan solo medio kilo de marihuana, la señal de fastidio por esta situación se notaba, el sujeto pensaba para si mismo, si cerrar el negocio de todas maneras no había gran venta y con los dos grupos pidiendo por la salud no creía poder vender mas. Finalmente el asesino se acerco a su victima, -dame un kilo de lo mejor que tengas- por un momento el vendedor lo miro claramente y dijo- chale, carnal yo pensé que tu no le entrabas a esto pero bueno, acompáñame la tengo en mi carro a si te la doy con mas calma, onde no nos vean los azules, rápidamente emprendieron el camino hacia el auto, en el trayecto un individuo de piel morena facciones indígenas, mendigaba algunas monedas puesto que no tenia nada para comer, el espectáculo de los mistral pronto iba a dar comienzo las bocinas anunciaban el evento principal a grandes coros "En cinco minutos el joven David Mistral nos sorprenderá con sus increíbles habilidades marciales", el sujeto al que anunciaban era un joven de alrededor de 20 años que al parecer carecía de algunas de sus facultades y cualidades mentales.

Mientras la gente se preparaba para el gran evento, el asesino y su victima se adentraba en la protesta de los Green Peace, cuando de pronto chocaron con un muchacho desgarbado de apariencia débil, -disculpen- dijo el chico, -maldito mocoso, fíjate por donde vas me manchaste el traje nuevo.- dijo el asesino, - lo siento mucho Señor seria tan amable de tomar uno de estos panfletos, dijo el chico, -no tengo tiempo para esas niñerías y apártate de mi vista tengo mucho que hacer, estupido mocoso. De pronto en esa escena se escucho un sonido, toda gente corría despavorida, el asesino volteo a ver a su objetivo, que ahora yacía en el suelo con un agujero en las sienes, -"Malditos hijos de su chingada, me lo ganaron", mientras sacaba su pistola y le daba al menos un tiro de gracias, de pronto se dio cuenta que el sujeto que estaba en el suelo había cambiado ahora tenia dos cuernos bastante prominentes de su cabeza, el cabello blanco y su estatura había cambiado drásticamente, ahora parecía medir mas de tres metros, el chico se encontraba incrédulo a su lado, mientras tanto el espectáculo de los Mistral se había convertido en caos.
La gente corría, el sujeto que estaba mendigando a como pudo se sostuvo de un poste, el chico con pocas facultades mentales se encontraba inmerso en su mundo de entrenamiento y concentracion.

Al final solo quedaron 4 personas y el siempre lleno zócalo capitalino quedo vacío, de pronto empezó a anochecer, y el silencio reino, al fin se juntaron los cuatro individuos.- maestro- dijo el joven David Mistral refiriéndose al sujeto que mendigaba las monedas, el tipo sorprendido dijo-maestro eh, no yo soy Kurko oye y tu el del cigarro quien eres.
- y a ti que demonios te importa, maldito negro indio respondió mientras encendía otro cigarro y refunfuñaba por no haberlo matado el a su victima, parecían muy tranquilos a pesar de que los 4 habían observado in asesinato y una metamorfosis.
-llamare a mi madre. dijo el chico de Green Peace, sin embargo el celular solo producía estática, el chico Mistral señalaba al palacio de Bellas Artes , y todos decidieron emprender el camino hacia el edificio con la esperanza de hallar un guardia, sin embargo sus ilusiones se fueron por el caño cuando llegaron y no encontraron a nadie, el edificio estaba abandonado, ni una sola alma se encontraba, por acuerdo muto y por falta de líder decidieron entrar, al llegar a la biblioteca los eventos se fueron haciendo cada vez mas raros, al asomarse por una ventana ahora se observaba un reloj, una luna roja brillaba sobre los cielos del zócalo ahora en tinieblas, de pronto se escucharon los pasos de marcha de todas direcciones, los cuatro individuos sintieron miedo, al final el mismo temor los obligo a salir y emprender su marcha hacia esa torre del reloj, la marcha se intensifico, el caminar de los 4 se hizo mas rápido, poco a poco se volvió trote para finalizar en una loca carrera, el joven Mistral fue el primero en llegar al edificio, observo una inmensa construcción lo que antes parecía un pequeño ahora se veía colosal, lo hacia sentirse una minúscula partícula en esa profunda oscuridad, lentamente vislumbro los grabados de la puerta, tenia un relieve bellamente tallado lo que parecía ser un ángel peleando contra un dragón, parecía tallado en madera, pero la dureza del material le hacían dudar de esta teoría, el segundo en llegar fue el chico de Green Peace, seguido por el mendigo Kurko y para finalizar con el sujeto molesto y con cara de pocos amigos.

Finalmente al estar frente al reloj los sonidos de marcha se hicieron un unísono, proveniente de todas direcciones y de ninguna de pronto se escucho un silencio de muerte un liquido negro y viscoso fluyo de las calles, finalmente , un cuerpo se alzo de entre esta masa, el asesino tomo su pistola y descargo el cartucho para caer en cuenta que solo era un cuerpo yerto, de pronto se escucho un gruñido, poco a poco se fueron mostrando formas borrosas, sombras negras de apariencia humanoide todas con eso ojos rojos de molestia, los 4 estaban cercados por un ejercito interminable de esas sombras, mientras tanto el reloj seguía su marcha, de pronto se escucho una campanada, y la intersección de la espada del ángel y la garra de dragón empezaron a moverse, como si los contrincantes se prepararan para una nueva batalla, un haz de luz invadió el espacio en tinieblas, de pronto se formo una pequeña abertura donde podría pasar una persona, mientras la puerta se preparaba para volverse a cerrar, los 4 corrieron hacia esa tenue luz, hacia esa pequeña escapatoria, rogando salir y despertar de esa pesadilla, todos lograron atravesar la puerta, y en el ultimo segundo se escucho un nuevo repique de la campana, aunque ellos no lo vieron el ángel arremetió contra el dragón bloqueando la entrada a las sobras amenazantes.

Se escucho el sonido de la puerta al cerrarse y de pronto un silencio que parecía interminable, los cuatro lentamente empezaron a recuperar la conciencia mientras se encontraba agrupados y al parecer despertando en medio del zócalo capitalino, ahora el sonido, el tiempo y el espacio, parecían los normales, cada uno se levanto y trato de huir de ese sitio tratando de decidir si fue un sueño o la realidad, pero desde ese momento y sin saberlo el destino había decidido que emprenderían un viaje del que tal vez no regresarían, los cuatro tomaron diferentes caminos, todos ellos un grupo de desconocidos que emprendería esta singular aventura.


.... continuara


uff espero que les haya gustado la primera parte para la proxima espero escribir mas interesante, perdonen las faltas de ortografia, sugerencias, dudas y quejas XD posteenlas jajajajajaja bye hasta la proxima

Capítulo II

Corren las siete de la mañana, en un apartamento después de las continuas peleas familiares, un joven de dieciséis años se levanta, está harto del típico conflicto familiar, los gritos de su madre y los constantes regaños de su padre le han colmado la paciencia sin embargo ha decidido salir, su hermano mayor lo acompañara a la delegación Gustavo A. Madero del D.F, la razón el día anterior ocurrió un asesinato al aire libre, por lo cual tendría que testificar, no es que le pareciera algo raro para ser realistas en el DF ocurren esto a diario y nadie le toma ya tanta importancia.
Al mismo tiempo en otro lugar un sujeto se acaba de levantar molesto, debido a que su misión no la había podido ejecutar, razón por la cual tan solo pensar en ello lo ponía iracundo y perturbado, para colmo tendría que presentarse a la delegación a testificar, su jefe le había comunicado que debía de hacerlo para evitar levantar sospechas, por inercia tomo un cigarrillo de la cajetilla, lo encendió y se dispuso a partir.
Mientras en la casa mistral había mucha controversia, el joven David tenía que presentarse delante de los tribunales, a pesar de su deficiencia mental tenia la mayoría de edad y sus padres no podía alegar nada debido a que el chico estaba en el momento incorrecto y a la hora incorrecta, de todas maneras unos cuantos miles de pesos callarían el asunto.
Para culminar el Kurko un sujeto desgarbado se despertaba de su acostumbrada borrachera, el día anterior había sido testigo de un siniestro sin embargo no hay nada para olvidar como un buen tequila, se puso su ya acostumbrado andrajo de ropa y emprendió el camino hacia la delegación.
Aunque nuestros protagonistas llegaron temprano a su cita, el sistema burocrático capitalino retraso mucho los papeleos alegando ser la hora del desayuno de los servidores públicos, alrededor de las nueve de la mañana entraron al recinto donde tuvieron que compartir el lugar con un sujeto grande de alrededor de dos metros y un sujeto paranoico que gritaba que los demonios llegarían y el mundo se extinguiría basándose en los escritos de los mayas, por el motivo de perturbar el orden fue arrestado y tendría que ser sometido a juicio, mientras todos esperaban al honorable Juez Gonzalo Herrera León que era el que llevaría el caso del asesinato, observaban el noticiero matutino, al parecer muchos eventos extraños se sucintaban en el mundo, desaparecía objetos pequeños, se descubría nuevos fósiles, personas que desaprecian y aparecían en otro lugar alegando ser secuestrados por seres sobrenaturales, grandes sequia perturbación en el clima, como la gran nevada en el desierto del Sahara y cosas así, después de un rato fueron a testificar uno por uno, el primero fue nuestro sicario frustrado que respondía al nombre de Oyamat, después de quince agobiantes minutos sin fumar salió de su entrevista, el segundo fue el joven Daniel Méndez, aunque su hermano alego la minoría de edad el juez se mantuvo imparcial, después de un breve receso le toco el turno al sujeto alto de cabello rojo y ojos verdes , supuestamente y por lo que algunos escucharon las altas influencia de uno de sus hermanos lo habían salvado de ser destituido de su labor como profesor, debido a una demanda por acoso a menores de edad, pero el poder del sistema corrupto de los mexicanos lo evito, tan solo sería transferido a un nuevo lugar de trabajo, el sujeto respondía al nombre de Leinad Danielle.
El siguiente en pasar fue Joaking Zantrime que después de enloquecer al juez con sus gritos recibió una sentencia de tres días en prisión sin derecho a fianza, de pronto todo se quedo en silencio un sujeto de piel oscura entro y detrás de él, se aproximaba el joven Mistral, después de dialogar con el juez se acordó dejar libres a todos los implicados a cambio de una jugosa remuneración para el Juez, mientras el guardián del señorito Mistral realizaba la transacción, algo empezaba a formarse en la delegación, lentamente el ruido se hizo más tenue, poco a poco se fue perdiendo, los sonidos cada vez se fueron disipando hasta llegar al punto de desaparecer totalmente de pronto todos los sujetos quedaron dispersos en áreas separadas, los primeros en despertar fueron Oyamat y Kurko que después de una larga decisión cada uno siguió su camino a su conveniencia. Después de caminar un rato por los interminables pasillos Oyamat llego primero a uno donde pudo escuchar voces, el Kurko que lo seguía un poco atrás también pudo distinguirlas, sin sentir miedo Oyamat avanzo por el pasillo, llego a una habitación amueblada suntuosamente de pronto las voces se hicieron mas y mas cercanas sin embargo el no podía entender lo que decían, en un instante las antorchas de la habitación mágicamente se encendieron, y varios sujetos empezaron a visualizarse, tenían apariencia fantasmal sin embargo no se mostraban con intenciones malignas, al parecer en ese lugar se iba a celebrar algo, poco después llego el Kurko al mismo lugar después de observar el espectáculo que se llevaba a cabo, en un momento el silencio reino completamente dos sujetos hicieron su aparición, uno era un artista marcial al parecer, sus rasgos asiáticos y su traje lo podrían constatar, el otro parecía un herrero fuerte y rudo sin embargo llevaba diversas armas el de las cuales sobresalían dos pequeños tantos, al verlos los cultista cayeron en estado de terror, en pocos instantes los recién llegado realizaron una masacre, al terminar con esto del centro de la mesa se manifestó un ser demoniaco, que al ver a sus seguidores caídos se enfureció y embistió contra el herrero y de un golpe le arranco la cabeza, el artista marcial intento defenderse pero la jugada fue igual de inútil puesto que también pereció, después de deshacerse de unos estorbos el demonio observo a Oyamat y al Kurko, sin otra opción ambos corrieron hacia la puerta más cercana solo querían escapar, al entrar en ella pudieron darse cuenta que su ropa y sus cuerpos ya habían cambiado, ahora portaban las ropas de los sujetos anteriores que ahora yacían yertos delante de aquella criatura que habían dejado atrás, ahora delante de ellos se encontraba frente una larga escalera que debían subir.
Los siguientes en despertar fueron el Sr. Leinad y Joaking, ellos se encontraba en la cima de una inmensa torre, frente a ellos se encontraba un tabernáculo del cual se mostraba un libro, al parecer el libro soltaba destellos por lo cual resultaba demasiado atractivo, el Profesor Leinad conociendo las tradiciones de la antigüedad de poner trampas a los objetos valiosos decidió ignorar el libro y buscar alguna escalinata, mientras eso sucedía dos puertas se abrieron de una de ellas apareció un ser gigante, una bestia en todos sus aspectos, con cuernos y un tercer ojo al parecer no era nada amigable, del otro lado salió un sujeto bajo algo cómico que sin ningún cuidado decidió tomar el libro desatando una de las trampas, que al activarse empezó a colapsar la torre, la bestia y el sujeto cayeron al vacío, sin embargo el joven Leinad y Zantrime lograron salvar la vida por milésimas de segundos y logrando escapar por una de las entradas que usaron los seres que aparecieron.
En otro punto el joven Daniel y el sr Mistral se encontraba en un bosque demasiado hermoso, ambos fueron avanzados hasta llegar a un campamento en el cual no se encontraba nadie, después de unos segundo los moradores del campamento llegaron uno era un ser de apariencia felina, el otro parecía ser un diestro espadachín, al llegar a su campamento, fueron sorprendidos por dos sujetos que sin piedad acribillaron al ser felino y al espadachín, sin poder hacer nada el joven Mistral intento detener a los asesinos sin embargo fue demasiado tarde, al morir ambos sujetos miles de cuervos levantaron el vuelo, el miedo obligo a ambos jóvenes a regresar por donde habían venido sin embargo encontraron un camino diferente al llegar al final de este ya se encontraban frente a los demás, todos habían cambiado, ligeramente el sr Leinad era más alto, mientras el joven Daniel ahora era mas pequeño, sus ropas se parecían a los que habían visto morir, delante de ellos se encontraban dos caminos uno que se dirigía al bosque y otro mas que conducía a una gran ciudad.
El Kurko se adelanto y emprendió el camino a la ciudad, los demás para evitar separarse le siguieron sin saber el rumbo fijo, no habían caminado mucho cuando una explosión sonó, de pronto un joven cayó al suelo, se levanto su camisa de cuero, los tenis y el paliacate rojo que se había colocado en la cabeza había descuadraban con el ambiente de los demás, de inmediato una chica de apariencia dulce y tierna hiso presencia.
-ya te rindes-dio la chica- se nota que te encanta sufrir.
El joven se levanto se acomodo sus guantes y literalmente los encendió en llamas, de un salto arremetió contra la chica-
-vaya se ve que no entiendes por las buenas –dijo la chica mientras recitaba brevemente unas palabras, de la nada aparecieron cadáveres que bloquearon el golpe y arrojaron lejos al muchacho, la chica cayo graciosamente, mientras el joven se desplomaba la chica miro a su alrededor y vislumbro a los jóvenes.
-amigos tuyos, querido- le dijo al muchacho
Este solo respondió con una sonrisa, un gesto de negación mientras se preparaba para otro ataque.
-bueno les dejare un premio- Saco un rosario negro y recito el siguiente ensalmo- del polvo al polvo. De las cenizas a las cenizas, todo en este mundo regresa y muere por eso invoco a los caídos despierten y eliminen- al terminar de recitarlo rompió el rosario de las perlas que cayeron aparecieron 40 cadáveres reanimados, dispuesto a atacar mientras la chica realizaba una despedida y se alejaba saltando de árbol en árbol.

La pelea inicio Leinad, Oyamat, Kurko y el joven Mistral pelaban para sobrevivir mientras que Zantrime y el joven Daniel apenas se defendía después de una pelea desigual donde la victoria parecía estar con los cadáveres, Oyamat con sus golpes liquidaba a los cadáveres sin darles oportunidad de defenderse, Leinad con una enorme hacha que había conseguido de aquella bestia liquidaba a diestra y siniestras, el joven Mistral usando sus dotes de espadachín lograba utilizar una técnica similar a la hitetmi-no- tsurugi, el Kurko usando el estilo callejero podía defenderse empleando los tanto que aquel sujeto que muriera ante aquella bestia le dejara, el joven Daniel a duras penas, podía manejar el arco que misteriosamente consiguiera de aquel explorador asesinado, el pobre Zantrime se encontraba confundido el miedo que sentía bloqueaba sus acciones sin embargo una chispa algo en su interior lo orientaba para defenderse algo le decía y l daba fuerzas para continuar, era como si una energía especial fluyera por su cuerpo, en el momento más crítico de la pelea un sujeto muy bien vestido con traje y corbata, y una chica con una espada hicieron su aparición, el sujeto solo le dijo:
-vamos, encárgate de esto pequeña-terminando de decir esto una onda de hielo extermino a los cadáveres, todos emprendieron la búsqueda de la misteriosa chica que se encontraba en el bosque en la dirección contraria, los primeros en llegar fue el grupo de Oyamat la chica se encontraba cansada , sin embargo había realizado un ritual, derramando una gota de sangre en el sitio que se encontraba había conjurado una especie de vórtice del cual salían más cadáveres ahora emanaban 60 nuevos no muertos con deseos de atacar, aunque cansados los jóvenes emprendieron la batalla, Oyamat realizaba movimientos marciales soberbios ante sus puños los cadáveres caen despedazados, el Kurko realizaba ataques en las partes vitales mientras que Leinad golpeaba a diestra y siniestra partiendo todo lo que tuviera enfrente, el joven mistral seguía empleando su técnica e corte, pero lentamente comenzaba a fatigarse, el joven Daniel se trepo a un árbol y desde ahí disparaba más seguro sus flechas al final pudo matar a uno de los cadáveres, Zantrime en un instante de miedo y desesperación arrojo algo que nadie hubiera imaginado, de sus manos una chispa broto generando fuego , y arrojándolo desafortunadamente el pobre dominio que tenia resulto fallido ocasionando una explosión que lo hiriera a él privándolo de la movilidad del brazo derecho, después de ese intento fallido para protegerse del ataque de los cadáveres logro trepar al mismo árbol donde Daniel se encontraban, tratando de entender que había fallado y su razón volvió a intentar realizar la acción anterior, sin embargo el resultado fue el mismo, se desato una gran explosión que termino dejándolo con quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo, quemando el árbol donde se encontraban, el joven Daniel a duras penas pudo escapar al árbol siguiente, para salvar su vida, por fortuna el árbol al caer arremetió contra los cadáveres y elimino el resto de cadáveres que los demás no habían podido.
Sin embargo el vórtice conjurado empezaba a hundir a todo a su paso, Leinad intento salvar a Zantrime en un intento desesperado tomo su cuerpo inconsciente, pero la fuerza de atracción del vórtice era tanta que temiendo por la vida de su compañero lo arrojo lejos de ese portal, sin darse cuenta todos cayeron dentro del, después de unos instantes todos despertaron en el bosque de Chapultepec , todos acepto Zantrime que se había quedado atorado en aquel lugar, sin nadie que pudiera atender sus heridas los animales del bosque devoraron a ese cuerpo que se encontraba mas muerto que vivo, y del cual solo quedo un triste recuerdo para sus compañeros, salvo a Oyamat que poco le importo esa muerte, después de carearse y pensar si era un sueño o una fantasía, todos intentaron esconder las armas que ahora poseían, cada uno emprendió su camino, pero mientras Oyamat se alejaba, un sujeto de negro que al parecer repartía dulces a los niños lo observaba, detenidamente, después de entregar todos los dulces, desapareció tan misteriosamente.

ESCENA III
La torre del centauro:
“A veces quisiera dejar de existir y fundirme con la nada, seria cobarde seguir luchando por una causa perdida, a veces quisiera dejar de existir, ¿Quién soy?, ¿Qué soy?, pero ahora todo está bien, solo es cerrar los ojos y dejar de existir lo sé bien mis asuntos ya son ajenos a este mundo, Sra. Rafael perdóname os he fallado, por favor apiádate de esta alma que pronto se unirá a la nada, solo déjame pensar una vez más en esta existencia mía que se extingue”
In memorión Daniel Méndez
-Daniel, Daniel, despierta niño, es hora de la preparatoria, despierta muchacho no
Seas perezosos- le decía una madre a un joven que a duras penas deseaba despertar de su sueño.
-ya voy, por favor mamá déjame dormir, tranquilo, solo un poco más, presiento que hoy no será mi día hoy, siento algo malo-decía el muchacho aun despertándose.
-vamos niño no seas flojo, si dejaras esas pérdidas de tiempo en Green peace, no tendrías problemas, deberías hacerle caso a tu padre- respondía la Sra.
El muchacho con una sonrisa fría y monótona, ya estaba acostumbrado a esas respuestas de sus familiares, pero por alguna extraña razón, estaba obsesionado, con la idea de salvar el planeta, se dispuso a darse una ducha, se arreglo un poco y decidió ir a la escuela, idea que le disgustaba mucho, pero aun así debía de realizar.
Mientras esto sucedía en esta parte del mundo otros sujetos se disponían a empezar su vida, el Kurko se disponía a mendigar para el sustento diario, el joven Mistral era tendido por sus sirvientes, Oyamat prendía su habitual cigarro, en algún lugar del DF, un autobús arribaba donde viaja otro en joven buscando a su hermano desaparecido, el maestro Leinad se disponía a empezar sus labores docentes, todos estaban listos para empezar la monotonía de sus vidas, cuando de pronto al abrir sus respectivas puertas apareció ante cada uno de ellos un lugar diferente, ya no era sus habitaciones ni la calle, ahora ante ellos se vislumbraba un largo pasillo similar a un castillo medieval, tenuemente habituados a esa ocena, cada uno cogió las armas que de su aventura pasada habían obtenido, cada uno entro en ese pasillo, el primero en aparecer fue Leinad, seguido por Daniel, sin que Leinad le diera pudiera ver quién era, si instinto fue arrojarle el arma más cercana que tenia, en esta caso su hacha, a duras penas el chico pudo esquivarla, pero desafortunadamente el hacha destruyo el arco y el porta flechas del chico, dejándole sin su nica arma para defenderse.
-ehh, perdón, no fue mi intención, es mas ni te vi que eras tú, jejeje – decía Leinad tratándose de disculpar con el muchacho – además tú tienes la culpa por salir de improviso.
-que cruel, solo porque eres grande, crees que puedes abusar de los pequeños- reprochaba el muchacho- además yo solo se usar el arco, para defenderme, ahora tendrás que cuidarme de cualquier cosa que me pueda lastimar, de acuerdo.
- está bien-respondió Leinad mientras las puertas se cerraban y desaprecian- mira una espada, creo que la utilizare.
Leinad había hallado una espada aunque era ornamental le serviría para defenderse, mientras Daniel no había encontrado nada, caminaron durante un rato hasta que pudieron encontrar una puerta que al parecer daba al cuarto que fungía como armería. Aunque un poco empolvadas se encontraba algunas armas, viejas, deterioradas, pero en un pedestal se encontraba un arco al parecer de muy buena calidad, sin poder resistir la tentación Daniel subió a una caja y tomo el Arco, al momento de hacerlo activo un mecanismo que desgraciadamente era una trampa, y varias flechas salieron disparadas, aunque esquivo la mayoría, una le atravesó ligeramente un costado, haciéndolo caer a los pies de Leinad, las flechas a su vez activaron otra trampa que hacia caer el techo del cuarto, en un intento deseperado por salir de ahí Leinad, tomo a Daniel, lastimándolo un poco, destruyo la puerta trasera, rodando a otro pasillo aunque herido Daniel agradeció al valeroso gigante, ahora el camino por donde habían llegado estaba bloqueado.
-auch, me dolió, pero gracias ¿y ahora por donde? - Pregunto Daniel
-creo que por la única puerta que queda- respondió Leinad
Ambos entraron a la nueva puerta ahora la habitación era un lúgubre cuarto rodeado por runas de apariencia oscura, lo que más resaltaba era una estatua de una mujer que al parecer sostenía una copa de la cual un liquido rojizo escurría , de pronto Daniel sintió el deseo mal sano, una idea atroz, deseaba tocar aquel liquido, mientras Leinad se dirigía hacia la puerta, Daniel trepo a la estatua y toco el liquido de pronto se escucho un grito lúgubre que inundo la habitación las runas empezaron a enrojecerse y la habitación empezó a irradiar una luz verdosa que poco a poco consumía la poca luz que había, la estatua empezó a llorar, pero sus lagrimas eran de sangre, de pronto y sin previo aviso roderón a Daniel tres sombras de apariencia humanoide y de un solo golpe de sus garras despedazaron las costillas del chico, el muchacho cayó al suelo con una enorme herida, Leinad intento llegar a ayudarlo pero antes que él pudiera hacer algo una de las sombras formo un estoque con su garra clavándola en el corazón del chico, mientras las demás cambiaban a la forma de un animal para devorar el cadáver, sin poder salvar al chico Leinad solo podía huir de las abominaciones que habían en esa habitación, atravesó la puerta y la cerro, para evitar el encuentro con esos seres, y siguió su camino por el pasillo tratando de olvidar ese jnsidente.
Mientras en otro pasillo el Kurko hacia acto de presencia en un pasillo demasiado elegante, nunca en su vida había visto una sala tan lujosa, para rematar la habitación una fuente se encontraba en una de las esquinas, de ella brotaba un liquido que al parecer era agua de un color ligeramente azul, el Kurko metió su mano para sentirla, estaba un poco mas fría a pesar del calor de la habitación, decidió beber un poco, sin saber que el gua estaba encantada por una sustancia similar al veneno de una serpiente venenosa, pero en menor escala, la toxina pronto entro al torrente sanguíneo debilitando la resistencia del Kurko y mermando su energía vital, sin saberlo el Kurko siguió avanzando hasta encontrar un pasillo………

diviertanse con esta parte por que como es muy larga me tomara un rato subir la siguiente en serio

ESCENA III
La torre del centauro:
version completa
“A veces quisiera dejar de existir y fundirme con la nada, seria cobarde seguir luchando por una causa perdida, a veces quisiera dejar de existir, ¿Quién soy?, ¿Qué soy?, pero ahora todo está bien, solo es cerrar los ojos y dejar de existir lo sé bien mis asuntos ya son ajenos a este mundo, Sra. Rafael perdóname os he fallado, por favor apiádate de esta alma que pronto se unirá a la nada, solo déjame pensar una vez más en esta existencia mía que se extingue”
In memorión Daniel Méndez

-Daniel, Daniel, despierta niño, es hora de la preparatoria, despierta muchacho no
Seas perezosos- le decía una madre a un joven que a duras penas deseaba despertar de su sueño.
-ya voy, por favor mamá déjame dormir, tranquilo, solo un poco más, presiento que hoy no será mi día hoy, siento algo malo-decía el muchacho aun despertándose.
-vamos niño no seas flojo, si dejaras esas pérdidas de tiempo en Green peace, no tendrías problemas, deberías hacerle caso a tu padre- respondía la Sra.
El muchacho con una sonrisa fría y monótona, ya estaba acostumbrado a esas respuestas de sus familiares, pero por alguna extraña razón, estaba obsesionado, con la idea de salvar el planeta, se dispuso a darse una ducha, se arreglo un poco y decidió ir a la escuela, idea que le disgustaba mucho, pero aun así debía de realizar.
Mientras esto sucedía en esta parte del mundo otros sujetos se disponían a empezar su vida, el Kurko se disponía a mendigar para el sustento diario, el joven Mistral era tendido por sus sirvientes, Oyamat prendía su habitual cigarro, en algún lugar del DF, un autobús arribaba donde viaja otro en joven buscando a su hermano desaparecido, el maestro Leinad se disponía a empezar sus labores docentes, todos estaban listos para empezar la monotonía de sus vidas, cuando de pronto al abrir sus respectivas puertas apareció ante cada uno de ellos un lugar diferente, ya no era sus habitaciones ni la calle, ahora ante ellos se vislumbraba un largo pasillo similar a un castillo medieval, tenuemente habituados a esa ocena, cada uno cogió las armas que de su aventura pasada habían obtenido, cada uno entro en ese pasillo, el primero en aparecer fue Leinad, seguido por Daniel, sin que Leinad le diera pudiera ver quién era, si instinto fue arrojarle el arma más cercana que tenia, en esta caso su hacha, a duras penas el chico pudo esquivarla, pero desafortunadamente el hacha destruyo el arco y el porta flechas del chico, dejándole sin su nica arma para defenderse.
-ehh, perdón, no fue mi intención, es mas ni te vi que eras tú, jejeje – decía Leinad tratándose de disculpar con el muchacho – además tú tienes la culpa por salir de improviso.
-que cruel, solo porque eres grande, crees que puedes abusar de los pequeños- reprochaba el muchacho- además yo solo se usar el arco, para defenderme, ahora tendrás que cuidarme de cualquier cosa que me pueda lastimar, de acuerdo.
- está bien-respondió Leinad mientras las puertas se cerraban y desaprecian- mira una espada, creo que la utilizare.
Leinad había hallado una espada aunque era ornamental le serviría para defenderse, mientras Daniel no había encontrado nada, caminaron durante un rato hasta que pudieron encontrar una puerta que al parecer daba al cuarto que fungía como armería. Aunque un poco empolvadas se encontraba algunas armas, viejas, deterioradas, pero en un pedestal se encontraba un arco al parecer de muy buena calidad, sin poder resistir la tentación Daniel subió a una caja y tomo el Arco, al momento de hacerlo activo un mecanismo que desgraciadamente era una trampa, y varias flechas salieron disparadas, aunque esquivo la mayoría, una le atravesó ligeramente un costado, haciéndolo caer a los pies de Leinad, las flechas a su vez activaron otra trampa que hacia caer el techo del cuarto, en un intento desesperado por salir de ahí Leinad, tomo a Daniel, lastimándolo un poco, destruyo la puerta trasera, rodando a otro pasillo aunque herido Daniel agradeció al valeroso gigante, ahora el camino por donde habían llegado estaba bloqueado.
-auch, me dolió, pero gracias ¿y ahora por donde? - Pregunto Daniel
-creo que por la única puerta que queda- respondió Leinad
Ambos entraron a la nueva puerta ahora la habitación era un lúgubre cuarto rodeado por runas de apariencia oscura, lo que más resaltaba era una estatua de una mujer que al parecer sostenía una copa de la cual un liquido rojizo escurría , de pronto Daniel sintió el deseo mal sano, una idea atroz, deseaba tocar aquel liquido, mientras Leinad se dirigía hacia la puerta, Daniel trepo a la estatua y toco el liquido de pronto se escucho un grito lúgubre que inundo la habitación las runas empezaron a enrojecerse y la habitación empezó a irradiar una luz verdosa que poco a poco consumía la poca luz que había, la estatua empezó a llorar, pero sus lagrimas eran de sangre, de pronto y sin previo aviso roderón a Daniel tres sombras de apariencia humanoide y de un solo golpe de sus garras despedazaron las costillas del chico, el muchacho cayó al suelo con una enorme herida, Leinad intento llegar a ayudarlo pero antes que él pudiera hacer algo una de las sombras formo un estoque con su garra clavándola en el corazón del chico, mientras las demás cambiaban a la forma de un animal para devorar el cadáver, sin poder salvar al chico Leinad solo podía huir de las abominaciones que habían en esa habitación, atravesó la puerta y la cerro, para evitar el encuentro con esos seres, y siguió su camino por el pasillo tratando de olvidar ese incidente.
Mientras en otro pasillo el Kurko hacia acto de presencia en un pasillo demasiado elegante, nunca en su vida había visto una sala tan lujosa, para rematar la habitación una fuente se encontraba en una de las esquinas, de ella brotaba un liquido que al parecer era agua de un color ligeramente azul, el Kurko metió su mano para sentirla, estaba un poco más fría a pesar del calor de la habitación, decidió beber un poco, sin saber que el gua estaba encantada por una sustancia similar al veneno de una serpiente venenosa, pero en menor escala, la toxina pronto entro al torrente sanguíneo debilitando la resistencia del Kurko y mermando su energía vital, sin saberlo el Kurko siguió avanzando hasta encontrar un pasillo que conducía a una puerta, el Kurko al abrirla llego a una habitación similar a un pequeño coliseo, de pronto un grito ensordecedor se escucho, desde los cielos y cayendo a una velocidad increíble se dirigía ante él una especie de águila que irradiaba luz, el Kurko pudo frenarla y empezar a entablar una batalla contra ella después de agonizantes minutos y sufriendo por el envenamiento el Kurko logro vencer a su contrincante, sin embargo no era la única, había logrado matar a la hembra de una pareja de luminarias elementales menores de la luz, ahora el macho estaba enfurecido, embistió desde los aires al Kurko, golpeándolo con sus afiladas garras , ahora la herida y el veneno mermaban la salud de ese pobre individuo, la luminaria volvió a embestir contra el Kurko en un intento desesperado empuño sus tantos y golpeó a la luminaria imposibilitándole el vuelo ya en tierra el Kurko pudo vencer fácilmente a su contrincante, agotado y cansado el Kurko salió de esa habitación para encontrarse con otro cuarto donde una copula de cristal coronaba la habitación en su interior se podía diferenciar contenía una hermosa mujer, sin darse cuenta algo acechaba en esa habitación se movía sigilosamente en dirección hacia el desprevenido Kurko, en momento de curiosidad el Kurko apretó uno de los mecanismo y la cúpula se quebró dejando caer a una hermosa joven, la chica despertó y con la velocidad del rayo tomo su espada y la apunto en contra de dirección hacia el Kurko, este pudo esquivarla para darse cuenta que la joven había clavado su arma contra un ser de apariencia humanoide pero con claros rasgos reptiloide, después de incorporarse mostrando la esplendida armadura que portaba, sacudió su espada para limpiar la sangre , la apunto sobre el Kurko.
-dime quien eres?, y que haces aquí?- pregunto la joven
-yo soy el Kurko, preciosa, pero tú que hacías en ese cristal-dijo el Kurko, escupiendo un poco de sangre.
La chica pudo observar sus ojos enrojecidos por el veneno, después de analizarlo un poco sabia que la condición de ese individuo era grave y sin antídoto probablemente moriría
. Me llamo Terra, Caballero Templario de Tol Rauko, al servicio de su majestad, la poderosa emperatriz Lady Elizzabetta, llévame con tu comandante necesito hablar con él-dijo la chica
.comandante no tengo pero si seguimos por esos caminos tal vez encontremos a los demás o a tus amigos. Dijo el Kurko
La chica no parecía convencida pero continua con el camino con el Kurko.
En otra parte del castillo el Joven Mistral caminaba por uno de los pasillos hasta que llego a lo que al parecer era una biblioteca, en el se encontraba un sujeto que el previamente había visto, vestido con su traje, disfrutando de un una taza de té y al parecer de un buen libro, después de terminar su lectura tomo diversos volúmenes y los guardo en su saco que a pesar de los diverso libro que metió mantuvo su compostura.
-sensei- dijo el joven Mistral
-perdón, mi nombre es Benjamín, pero puedes seguirme si gustas.
Benjamín y el joven Mistral siguieron avanzando por el largo pasillo, de pronto un ruido ensordecedor sonó ante ellos decenas de zombis se abalanzaban contra ellos Benjamín peleo con al menos unos 20 o 30 de ellos, el Joven Mistral sin tener armas con que defenderse sucumbió al ataque de las criaturas siendo devoradas por ellas, aprovechando la oportunidad Benjamín abandono la habitación.
En otro lugar del castillo Oyamat se encontraba frente a un sujeto que nunca en su vida había visto pero le recordaba a su compañero que había partido con ellos y no regreso.
-bueno, inútil tu quien eres?- pregunto
-me llamo Kurai- dijo el sujeto
-grábate esto tú te vas por ese camino y yo por el mío, si no te mato- dijo Oyamat y se fue en dirección contraria a Kurai
Oyamat llego a una gran sala donde una cena se había dispuesto y al otro lado un puerta con un reloj de arena, Oyamat entendió el mensaje y sin nada más que hacer se sentó a esperar a que el reloj marcara la hora justa, mientras encendió un cigarro y se dispuso a esperar pacientemente.
Kurai por su parte llego a un espacio similar a una mazmorra en su interior una luminaria comía lo que al parecer era un animal, el miedo de ver a tal ser obligaron a Kurai a colocar sus manos frente a él y una descarga oscura salió de su cuerpo, tomada por sorpresa la luminaria se desintegro, después de esto Kurai siguió caminando pero al llegar al final se encontró con un camino cerrado por lo que al parecer fue un derrumbe, y decidió emprender el camino de regreso hacia el camino de Oyamat.
Poco a poco se fueron juntando el primero en llegar fue Leinad, los segundos Terra y Kurko, para finalizar Kurai, todos llegaron a la habitación en donde Oyamat esperaba.
-Estupidos llegan tarde-dijo Oyamat
De pronto la ultima arena cayo y la puerta se abrió hacia una nueva habitación esta era distinta era amplia y similar a un coliseo romano de pronto un ruido sordo se escucho de otra puerta un centauro apareció, con una enorme Guadaña en sus manos, todos se pusieron en posición defensiva, el centauro grito, el primero en atacar fue Oyamat propinándole un buen golpe al ser, seguido por Leinad con su espada de hoja roja, el Kurko golpeo con sus tantos pero la criatura pudo soportar todos los ataques, Oyamat arriesgándose decidió atacar al centauro de frente y aunque este logra clavar su guadaña y apresar a Oyamat contra la pared, se quedo vulnerable, por la parte trasera el Kurko le corto una pierna con uno de sus tantos, Terra se había concentrado en lo que al parecer era un hechizo y después de decir palabras en un idioma incomprensible lo arrojo contra la guadaña que automáticamente se convirtió en arcilla liberando a Oyamat, mientras Leinad concentrando todas su fuerzas se arrojo con su espada y partió al centauro y lo que antes era uno ahora eran dos pedazos muertos en el suelo, de pronto se escucho el sonido de un derrumbe de donde había salido el centauro se mostraba un hueco dimensional, todos corrieron y entraron en él para despertar en los campos elíseos de la Ciudad Luz, Leinad estaba cubierto de la sangre del centauro, Oyamat se encontraba herido, Kurai estaba agotado, el Kurko desmayado por el veneno y la única con todas sus funciones vitales era Terra, de pronto la policía francesa hiso aparición rodeándolos y arrestando a Leinad, los demás fueron trasladados a un hospital y la Joven Terra que se encontraba ahora en mundo diferente fue llevada para ser interrogada.

continuara.................